lunes, 20 de octubre de 2008

No es país para facebooks (3): avisos en Izal

El pueblecito salacenco de Izal está en el fondo de un circo montañoso, al que sólo se puede entrar por un desfiladero. Es una aldea pequeña, aislada, pero conserva una arquitectura imponente: un conjunto de casonas de piedra con puertas doveladas y ventanas geminadas, y el único hórreo de todo el valle. Estaba fotografiando una de las casas cuando apareció el dueño, un hombre de unos 70 años.


-(Carraspeo). Qué casa tan bonita.
-Bah, yo le prendía fuego.
-¿Y eso?
-Bah...
-Pero menudos muros, y menuda puerta tiene, con ese arco. Y esa ventana es señal de que la casa es buena, ¿eh?, una casa noble...
-Antes la ventana era una ventana doble, porque tenía un pilarico de piedra en medio. Ya ves que le falta, ¿no? [Recordé dos de mis palabras favoritas: parteluz y ajimez, que además dan muchos puntos en el scrabble]. Hace años, en esa habitación hicimos una cocina y entonces a la ventana le rompimos el pilarico del medio para que entrara más luz. Antes no se le daba importancia a estas cosas. Algún día lo volveré a poner, que ya se ve que es una cosa valiosa.
-Sí, la ventana es muy bonita.
-Lo que importa es que de la ventana para adentro haya comida.

Después de visitar Izal quería subir a la ermita de Nuestra Señora de Arburúa, del siglo XVI, colgada 400 metros sobre el valle de Salazar, un mirador estupendo.


(A la izquierda y abajo, el pueblo de Izal. A la derecha y arriba, la ermita de Arburúa. Haced clic para ampliar la imagen)

A la entrada del pueblo había visto una pista hacia Arburúa y pregunté al hombre qué tal estaba ese camino.

-¿Tienes un todoterreno?
-No, una furgoneta vieja.
-Bueno, la pista es de piedra y le han hecho unas zanjas para que corra el agua, pero si vas despacio y metiendo las ruedas con cuidado, yo creo que podrás subir.
Interviene otro vecino:
-¿Tú no subiste una vez con el doscaballos?
-Sí, hace años.
-Bueno -digo yo-, pues si usted subió con el doscaballos yo creo que podré subir con la furgoneta.
-Claro que sí. Lo único, cuando llegues a la ermita, pega un campanazo para que sepamos que has llegado.

Me metí por la pista y empecé a subir en primera por una cuesta de grava muy empinada y plagada de pedruscos y socavones. Qué digo socavones, si en alguno de esos agujeros yo creo que podría vivir una familia. A los cien metros ya me había asustado. Temía pegarle un golpetazo a los bajos o atascar las ruedas en alguna de las zanjas estrechas. Pensé que la furgoneta se iba a quedar allí para siempre. Pero tampoco podía darme la vuelta, porque el camino era estrecho y asomado a un pequeño talud, así que seguí para arriba, sudando frío, y recorrí medio kilómetro eterno hasta que encontré un pequeño ensanchamiento de la pista, lo justo para maniobrar -muchas veces- y dar la vuelta. Aparqué la furgoneta bien arrimada al talud, mirando pista abajo, y eché a andar hacia la ermita. El camino tampoco era tan largo como me habían dicho: bastaba una hora y cuarto para subir y bajar andando, entre pinos, robles y bojes.

A la ermita de Arburúa, renovada y reluciente, llegan el primer domingo de junio las procesiones de los siete pueblos del sur de Salazar (Uscarrés, Igal, Izal, Güesa, Iciz, Gallués y Ripalda). Por eso le llaman la romería de las Siete Cruces. Pasé veinte minutos en la cumbre, contando cuántos de esos pueblos se podían ver desparramados por el valle, contemplando el arranque de los Pirineos hacia el norte y la sierra de Arangoiti hacia el sur. Luego recordé que debía mandarles el mensaje de mi supervivencia a los dos hombres de Izal y me conecté al wifi de Arburúa (siempre tiene cobertura): tiré del cable y pegué tres campanazos alegres que resonaron de ladera a ladera en el circo de Izal.


(El messenger de Arburúa)

10 comentarios:

Ander Izagirre dijo...

En realidad es un wifi con cable, valga la contradicción.

Ángel Ruiz dijo...

Excelente entrada: qué bien escrita.

Eric dijo...

Ya he aprendido dos palabras nuevas. Buf, me has tenido con el corazón en vilo pensando que le iba a pasar algo a la pobre furgoneta.

Sergio dijo...

Tras el "Bah, yo le prendía fuego", más de uno nos habríamos dado la vuelta; gracias por seguir preguntando.

De todas formas, fuiste claramente objeto de una apuesta :
_¿Cuánto crees que tardará el "tirillas" ese en subir? - vecino 1 a vecino 2.
_Creo que tres horas - vecino 2 a vecino 1. Pero, ¿Cómo lo comprobamos? Yo no pienso subir con él.
_Déjamelo a mi - vecino 1 a vecino 2.
_¡Eh, chaval! - vecino 1 a piloto de rallyes.

Miguel Carvajal dijo...

Genial.

IMANOL dijo...

Lo que te gusta dar el campanazo eh!!

Anónimo dijo...

¿No hubiera sido mejor ir en Vespa?

J. dijo...

Qué tío, Ander. Cómo aprendemos (o lo intentamos).

Anónimo dijo...

La palabra clave es talud. Ya se sabe que tres cosas hay en la vida: talud, dinero y amor. Yo quiero un messenger como el de Arburúa. Sin spams ni interferencias. A mí siempre me gustó Alfeizar desde que leía en el colegio los libros de Alfeizar 1, Alfeizar 2... grandes cuentos.

bertosky dijo...

Genial.... que manera de disfrutar con tus histiorietas, Ander.
Me veia en Izal, en el medio de la ventana y tirando de Wifi!!!

una gozada para empezar el dia.
Mil esker

berta

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