miércoles, 30 de abril de 2008

Tras las tripas de Martín Villafranca


No tenemos mal plan para este domingo: nos han invitado a comer paella en Reikiavik. Si todo va bien, dentro de cuatro días Josu, Dani y yo estaremos zampando el arroz preparado por un cocinero basauritarra en la capital de Islandia (en realidad, el invitado es Josu; Dani y yo seremos los agregados). Al día siguiente volaremos a la costa oriental de Groenlandia, donde queremos pasar una semana enredando un poco en las casas, las escuelas y los senderos de Ammasalik y Kulusuk, el pueblo que veis en la imagen (el autor de la foto es Nick Rusill). Si el tiempo no lo impide, el 12 de mayo regresaremos a Reikiavik y durante un par de semanas daremos una vuelta a Islandia con unos cuantos propósitos juliovernescos.

Para darle un poco de contexto y de empaque a la paella del domingo, recordemos la curiosa tradición de encuentros entre islandeses y vascos. En el siglo XVI, todos los años llegaba una flota de balleneros vascos a los fiordos occidentales de Islandia. Parece que se estableció una relación buena y duradera entre los marinos y los nativos, porque llegó a crearse un rudimentario idioma vasco-islandés (lo que los expertos llaman un pidgin: una lengua franca, un chapurreo que incluía términos islandeses, vascos, ingleses y franceses).

Alguien escribió en el siglo XVII dos glosarios que recogen 745 palabras de ese idioma vasco-islandés: es el primer diccionario de una lengua viva en la historia de Islandia. Muchos de los términos en euskera pertenecen al dialecto labortano. De ahí se deduce que los balleneros debían de proceder del puerto de San Juan de Luz.

En los glosarios se recogen cientos de palabras sueltas como schularua (del vasco eskularrua: guante), eskora (aizkora: hacha) o unat (hunat!: ¡ven aquí!), y un buen número de frases:

Christ Maria presenta for mi balia, for mi presenta for ju bustana: Si Cristo y María me dan una ballena, para mí la ballena y para ti la cola.

Zer travala for ju: ¿en qué trabajas?

Y otras con las que se podría ensamblar algún diálogo:

Fenicha for ju: follar contigo.
Sumbatt galsardia for?: ¿por cuántos calcetines?
For ju mala gisunna: eres un hombre malo.
Gianzu caca: (en euskera: jan ezazu kaka; en castellano: vete a comer mierda).

Ya se ve que las relaciones no siempre fueron armoniosas. El peor conflicto estalló en 1615, cuando los islandeses asesinaron a unos 50 vascos. En aquella época, Islandia era una colonia danesa y el rey controlaba todos los tratos comerciales de la isla. No se podía vender ni comprar nada fuera del monopolio real. Sin embargo, los vascos pagaban directamente a los islandeses por el derecho a cazar ballenas en sus aguas y por el derecho a desembarcar en tierra firme para descuartizarlas y fundir la grasa. Además, les compraban y vendían mercancías de contrabando. El rey danés, mosqueado, promulgó un decreto según el cual los islandeses tenían barra libre para apropiarse de los barcos vascos e incluso matar a sus tripulantes, a quienes acusaba de estafadores.

Ese año sólo tres balleneros vascos faenaron en aguas islandesas, con unos 90 marineros. En la última noche de la campaña, cuando los galeones ya estaban cargados hasta los topes con cientos de barriles de aceite de ballena (cada barril valía el equivalente a 5.000 euros), los vascos celebraron una cena en la orilla del fiordo de Reykjafjordur. Entonces estalló una tormenta y el oleaje empujó un enorme iceberg contra los barcos: dos se hundieron y el otro quedó inutilizado. Los vascos rescataron algunas chalupas y con ellas salieron del fiordo, por miedo a que los islandeses aprovecharan el desastre para atacarles. Un grupo se instaló en un islote, para levantar un campamento invernal, y otro grupo salió a recorrer la costa en busca de algún barco que pudiera sacarles de allí.

Unos días más tarde, los refugiados en el islote remaron hasta una aldea costera, la atacaron y robaron provisiones. El gobernador local organizó una partida de guerra. Acorralaron a los vascos, mataron a casi todos, y entonces el capitán Martín de Villafranca, donostiarra, intentó negociar la rendición con un sacerdote que venía con los islandeses. Mientras parlamentaban en latín, un islandés se acercó corriendo a Villafranca y le dio un hachazo. El capitán se giró en el último momento y recibió el corte en el hombro. Echó a correr hacia el mar y trató de escaparse nadando, pero los islandeses le lanzaron una lluvia de pedradas. Uno de los pedruscos le abrió la cabeza. Lo agarraron, aún con vida, lo arrastraron hasta la orilla y lo trocearon a conciencia. Después mataron a los demás vascos. Juntaron los cuerpos, los desnudaron, les sacaron las tripas, los subieron a un acantilado y los lanzaron al mar.

Y con esos antecedentes nos vamos a Islandia, confiando en que el recibimiento a los vascos haya mejorado un poco en estos últimos cuatro siglos.

PD: Los vascos que salieron a buscar algún barco consiguieron salvarse: cuando se enteraron de la masacre, robaron una nave inglesa y huyeron de Islandia. En el relato he seguido los textos de Manuel Velasco.

15 comentarios:

IMANOL dijo...

Muy interesante lo que cuentas. Espero vuelvas con todos los intestinos.

eresfea dijo...

Feliz viaje. Me dais sana envidia.

Anónimo dijo...

Imanol me lo ha quitado de la boca, yo antes de ir comprobaría que no exista ningún plato islandés hecho a base de higadillos. ¡Buen viaje!

Ander Izagirre dijo...

Así que Imanol te ha quitado los intestinos de la boca... Esto va cogiendo tono. Leo por ahí que un típico banquete vikingo islandés incluye tiburón podrido (lo curan enterrándolo), testículos de cordero, cabeza de cordero (con ojos y cerebro, por supuesto) y un licor de patata al que llaman Muerte Negra. Me gustaría probar ballena, foca y frailecillo.

alvarhillo dijo...

Buena singladura. ¿Ireis a por el frasco con un mensaje que hay en una montaña en forma de pirámide...?.
Por cierto con el licor de patata cogí una turca en casa de un amigo noruego de las que hacen época. Comimos Qlübb, una especie de "cocido Noruego" que se acompaña con cerveza y licor de patata. Como pá unas prisas.
Aguardamos noticias desesperadamente.

Anónimo dijo...

Ajúm. Me muero por probar foca, ballena y frailecillo.

A mi que me registren, que soy navarro. jajajaja. Aunque hable algo de "vascuence". Todavía nos queda la honra de que hace unos cuantos siglos (unos cuantos más antes) en el puerto de Londres habían arribado barcos "navarros".

Si hay foca en conserva traeré algo. jajaja.

Anónimo dijo...

¡Buen viaje! No me cabe duda de que volveréis con muchas historias.

Minerva dijo...

Muero por leer una crónica de ese viaje, sobre todo si incluye extravagancias culinarias.

Marc Roig Tió dijo...

Aunque mañana empiezo a leer "Filípides era vikingo", no desperdicio la oportunidad de pedirte que me busques carreras por esas latitudes. Si entre el frío ves a alguien en pantalón corto, pídele el e-mail y me lo pasas.

Sin duda, a mí también me dais envidia.

momodice dijo...

Si es necesario, al grito de '¡Vámonos de aquí!, salís pitando. Besos.
Lucía y Pedro

Ander Izagirre dijo...

Curiosas peticiones: un asiduo de este blog me pidió que le avisara si encontraba alguna información sobre las músicas y las danzas de los vikingos. Y ahora apunto el propósito de fichar algún atleta ártico. Qué chaladuras tan variadas tenéis, hijosmíos...

Minerva: somos viajeros tacaños y no solemos degustar las exquisiteces locales -más bien, tiramos de hornillo de gas para cocer espaguetis y abaratar gastos-. Pero no te preocupes: si surge la oportunidad de hincarle el diente a un filete de ballena o un solomillo de foca, lo contaremos.

mòmo dijo...

Cuidaos y traed historias.

Manuel Velasco dijo...

Soy Manuel Velasco y quería agradecerte el haberme citado como fuente de tu artículo. Ya he dado por "asumilble" encontrar textos míos por la Red sin citar la procedencia e incluso firmados por el webmaster.

Sigue con tus aventuras, que ya me he hecho lector de tu blog.

Ander Izagirre dijo...

Qué menos que citarte, Manuel. A mí también me ha ocurrido eso de encontrarme reportajes míos en blogs ajenos sin ninguna referencia. Es un asunto de educación y respeto, ¿no?

Hace ya un tiempo que volvimos de Islandia y te aseguro que bastantes islandeses conocen la historia de Martín de Villafranca (de hecho, fue una de las mayores masacres de la historia de este pequeño país). Y te cuento que se cuece (a fuego muy lento) la idea de organizar algún asunto alrededor de Martín de Villafranca. Tenemos muy buenos contactos, en casa y en Islandia. Falta tiempo, ganas, oportunidad...

Manuel Velasco dijo...

He puesto en uno de mis blogs el texto completo de aquel artículo que publiqué en la revista Historia de Iberia Vieja, sobre los balleneros vascos en Islandia.

http://articulosdemanuelvelasco.blogspot.com/2009/04/balleneros-vascos-en-islandia.html

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