Un rincón bastante olvidado de Hendaia: la bahía de Loia. Se sabe que esta ensenada rocosa albergó el primitivo puerto de los hendaiarras, porque consta que en 1680 los marinos hondarribitarras vinieron aquí y robaron dos barcos. La víspera, los hendaiarras habían matado a un hondarribitarra de un arponazo.
También se dice que en este paraje se reunían dos o tres mil personas para celebrar los akelarres más multitudinarios del País Vasco. El recuento quizá se hacía con el mismo método con el que algunos cuentan ahora manifestantes. Al margen de las estimaciones, hay un hecho: la Inquisición quemó a una joven de un caserío cercano, acusada de bruja.
En la segunda foto, Francis y Óscar se asoman a Loia, enmarcados por los postes que aún se emplean en cierto oficio litoral (adivinanza facilita).
7 comentarios:
Algas.
(Ahí abajo hay nécoras, Ander).
Recogida de algas, sí...
Sí, pero ¿cómo amaestrarán a las algas para que vayan subiendo por los cables?
Soy de litoral y no tenía ni idea. ¡Qué vergüenza!
llenan unos canastos tipo carretillas mineras, que llevan poleas encajadas en el cable, de algas, y tiran con cuerdas arrastrando sus poleas por el cable hasta el alto, donde descargan y descuelgan los canastos abajo, para volver a empezar. Má o menó...
Tengo algunas fotos de esos postes, esos cables y esas vagonetas. A ver si luego las cuelgo, Imanol.
No se de algas pero se contar brujas. En la foto hay siete, o cien.
¡Hendaia, que recuerdos!
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