Ya es la segunda vez que chupo rueda de David Álvarez, el que dispara balazos con tanta puntería. David es también uno de los autores de la página recienoido.com, en la que recogen "frases, murmullos, diálogos y secretos oídos en las calles de Madrid". Esto de asomarse sólo cinco segundos a la vida de los demás y luego retirarse es un ejercicio muy interesante y divertido, pero también bastante inquietante: muestra que si nos pillan en un momento aislado, cualquiera de nosotros puede parecer un loco, un atontado, un genio, un sabio o un bestia.
Además, la captura de fragmentos de conversaciones es un ejercicio adictivo. Echadle un vistazo a la página de David y ya veréis cómo en los próximos días andáis con la antena puesta. Aquí va una pieza donostiarra que cacé este sábado.
Entré en una librería-papelería, justo cuando salía un cliente. Dentro no había nadie más que los dueños de la tienda: una señora y un treintañero, que parecían madre e hijo. Escuché esto:
Madre: Y si ese hombre hubiera tenido un hijo budista, qué, ¿eh?
Hijo: Mucha casualidad habría sido, ¡mucha casualidad!
Madre: Bueno, pues tú por si acaso no digas esas cosas.
Para qué recurrir a paparruchadas paranormales ikerjimenescas, si la vida corriente está llena de enigmas apasionantes. ¿Cuál habría sido ese comentario ofensivo para el padre de un budista?
Además, la captura de fragmentos de conversaciones es un ejercicio adictivo. Echadle un vistazo a la página de David y ya veréis cómo en los próximos días andáis con la antena puesta. Aquí va una pieza donostiarra que cacé este sábado.
Entré en una librería-papelería, justo cuando salía un cliente. Dentro no había nadie más que los dueños de la tienda: una señora y un treintañero, que parecían madre e hijo. Escuché esto:
Madre: Y si ese hombre hubiera tenido un hijo budista, qué, ¿eh?
Hijo: Mucha casualidad habría sido, ¡mucha casualidad!
Madre: Bueno, pues tú por si acaso no digas esas cosas.
Para qué recurrir a paparruchadas paranormales ikerjimenescas, si la vida corriente está llena de enigmas apasionantes. ¿Cuál habría sido ese comentario ofensivo para el padre de un budista?
9 comentarios:
jajajaja
No os imagináis lo bien que lo estamos pasando.
Me parto. Ya estoy oyendo voces.
La duda me tiene en vilo...
Yo soy adicto a esto. No puedo evitar oir voces e historietas extravagantes. Como bien dices, cualquiera podemos resultar ser un tarado en segundos de conversación.
Hace un par de días mismo oí a una niña que relataba a su abuela/tía/vecina un cuento que había escrito para la escuela. El protagonista era superman. El superhombre ofrecía sus poderes a un banco para poder pedir un préstamo y tener una hipoteca y una casa. La conversación tenía miga. La niña sabía mejor que yo cómo se pedía un préstamo. Al final, todo acaba bien. Superman gana suficiente dinero con el sudor de su frente y no hay criptonita de por medio, sólo tipos de interés bien pagados. Eso arranqué.
Desolador, Caravinagre. Qué terribles historias habrá escuchado esa niña en su casa...
Ese comentario Madre-Hijo-Madre, me ha recordado una anécdota que viví hace unos veinte años, de chaval. Iba por la calle comentando con un amigo, el juego en el área de Julio Salinas: "es increible, no se sabe como pero entre todos va con el balón arrastras por el área y marca, es la pera el CHEPOSO ESTE!!, y en ese mismo instante, cuándo doblaba la esquina, me tope con un jorobado. Miré para otro lado y me puse de todos los colores.
Hace un par de años paseaba con Francis por Pamplona. Era la época en la que soñaba con comprarme una vespa para irme de viaje.
En un paso de cebra, justo delante de nosotros caminaba una joven negra imponente. Prometo que yo no la vi hasta unos segundos más tarde.
Le dije a Francis:
-Mira, mira esa negra de ahí. Qué elegantes son las negras. Fíjate en el culo, qué elegante.
Francis, que puede dar fe de aquellas palabras, se quedó
muda por mi descaro y al final dijo: ¿¿¡¡Qué!!??
Le señalé una vespa negra que estaba aparcada junto al paso de cebra. De culo bien elegante, como todas las vespas.
Estabamos en un súper en Alemania, donde, como todo el mundo sabe, se fabrican excelentes salchichas. Mi hermana Marta y yo delante de la cámara frigorífica:
-Mira, podemos llevar éstas.
-Estarán hechas con auténtico judío (Humor negro de mi cosecha).
Me doy la vuelta, y una familia judía al completo. Creo que hablaban ladino. Aún me fustigo por ello.
O aquel reportaje que decía: "En la puerta de la tienda, un cartel anuncia ´morcilla casera´. Y tan casera, porque José las fabrica con los miembros de su familia".
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