La vespa llevaba siete meses guardada en el garaje de mis padres, quieta parada, acumulando polvo y convirtiéndose en metáfora. Anoche, mientras hablaba por teléfono con Josema, saltó una de esas ideas-calambrazo (“oye, espera, y si…”) y esta misma mañana he ido a casa de mis padres a comprobar si la moto arrancaba después de tanto tiempo.
A la primera. He pisado el pedal de arranque y ha atronado el motor (¡rugido de brontosaurio!). Otro triunfo de la sencillez. El arranque de la vespa es tan simple –no tiene ni batería- que basta con la pura fuerza mecánica: pisa fuerte la palanca y ya está. Dentro de cien años, cuando se termine de descongelar Siberia, los arqueólogos desenterrarán una vespa y serán capaces de ponerla en marcha como si fuera la primera vez.
La sencillez es la clave. La sencillez permite que las vespas y los viajes arranquen a la primera. En cuanto surge la idea-calambrazo, basta con hinchar las ruedas, renovar el seguro, cargar la tienda de campaña… y marcha. No hace falta nada más. Y desde que se toma la decisión repentina -sin ninguna elaboración, sin ningún razonamiento, sin ninguna duda- hasta el instante de arrancar la moto, se viven unas horas de excitación tremenda. Son las horas PetaZeta. Y ese momento de arrancar la moto justo debajo de casa, meter primera y salir a la calle -propropopopo...- es quizá el mejor momento de todo el viaje. Creo que salir de viaje me gusta todavía más que viajar.
Y supongo que esa euforia viene por un pequeño chute de libertad en vena. Cuando teníamos 17 años y salimos por primera vez (aquel día pedaleamos desde las siete de la mañana hasta las siete de la noche), nos dijeron que esos arranques viajeros eran cosas de la edad y que debíamos aprovecharlos bien porque más adelante no podríamos seguir así. En estos últimos años, cuando surge una de esas ideas-calambrazo en una llamada, unas horas más tarde suele venir una segunda llamada telefónica, de asimilación, en la que Josema dice una frase como ésta: “Lo mejor es que con 31 años tenemos las mismas ganas de salir con la vespa que con 17 años con la bici”. En esa segunda llamada de anoche también añadió que ve a su padre, de 65 años y trepador de tresmiles y cuatromiles, con esa misma ilusión. Parece, por tanto, que no es cuestión de edad.
Nuestras vidas son ahora bastante más complicadas que hace 14 años. Pero una vez cada tantos meses, cuando nos da el momento filosófico, repetimos la misma canción: es importante seguir con el empeño, es importante mantener una vida lo más ligera y sencilla posible. De ahí viene la euforia cada vez que arrancamos con un viaje repentino: en el fondo celebramos que seguimos siendo capaces de plegar bártulos en cinco minutos.
Con todo este sermón, parece que empezamos una vuelta al mundo o algo así. Y simplemente nos vamos unos pocos días, sin rumbo determinado, a pisar algunos nombres que vemos en el mapa, tan cercanos y tan exóticos (decidme, lectores vasconavarros: ¿quién sabe dónde están Piedramillera, Aranaratxe o Espronceda? ¿Os suenan Contrasta, Cicujano, Cripán? ¿Genevilla? ¿Lapoblación? ¿Habéis oído hablar alguna vez de Assa? Para mí, por ahora, sólo existen en el mapa).
El domingo, si todo va bien, me iré con Francis vespeando por la costa hasta Baiona. El lunes, si todo va bien, saldré con Josema sin un destino claro, para unos cuantos días. Queremos conocer algunos rincones alaveses, navarros y riojanos. Josema me ha propuesto el primer objetivo: hacer una parada en el vetusto bar Náutico de Itsasondo (no tengo ni idea de cómo es, pero dice Josema que tiene un gigantesco mapa de carreteras de España en la pared, y a mí me apetece preguntar por qué se llama así un bar situado a 35 kilómetros de la costa). Después ya veremos.
¿Y este blog? Un blog no es como una vespa. Es bastante más complicado. Desde los tiempos de Vespaña no me he atrevido a lanzar un blog sin asociarlo a un tema concreto, a un viaje con caducidad más o menos determinada. Pero ahora tendremos unos días de vespa, para finales de octubre se asoma una pequeña aventura africana con el doctor V., y si arranco con estos asuntos quizá sea fácil seguir la inercia. Quién sabe. Habrá que ver por dónde sale, qué título definitivo le pongo, por dónde me lleváis…
Ahora toca arrancar. Después de un año intenso y agotador, vuelvo a controlar el calendario a mi antojo. Tengo semanas enteras libres. He recuperado el carné de conducir (ejem). Ya casi me he curado el esguince de tobillo. Sin pensar en ningún viaje, la semana pasada hice un borrador de blog y Francis me rapó la cabeza (dos síntomas clarísimos que no supe ver, hasta que Josema, en una charla telefónica sobre asuntos inmobilarios, dijo “oye, espera, y si…”). Allá vamos.
(La foto es del 18 de abril de 2006: trigésimo cumpleaños de Josema y etapa inaugural de Vespaña).
22 comentarios:
¡Bien! ¡Bien!
Y has arrancado con el pie derecho, felicitaciones!!
¡Ánimo, fenómeno! Envidia vuelves a dar una vez más. Un abrazo.
Suerte y a la vespa!!!!!.... y a esos rinconcillos tan especiales de nuestra pequeña geografia!!!!
Avasconavarrizado al cubo que me siento. No conozco ninguno de esos lugares, debidamente arrinconados para que los descubras en Vespa, cabeza al rape.
Ya sabes las ganas que teníamos de esta entrada.
Que te seguiremos a rueda, sin hacer la goma.
Tan contentos.
Ya era hora.
Hace un par de semanas, en la primera clase de Edición de diarios, pedí a los muchachos-as de 4º que respondieran a la gran pregunta: "¿qué te gustaría ser de mayor?". Una alumna -copio tal cual— escribió: "Me gustaría ser como Ander Izagirre".
Hermoso.
Tu texto destila optimismo y libertad... probaré esta manera de viajar desde internet... y ya sabes que la "neska foral" cuando quieras de hace nuevas sugerencias para visitar su bella comunidad...
Otra razón para seguir viviendo
Bravo, Ander. Si la vespa se desviara hacia Barcelona, aquí un amigo (y laureado colega, je). Por cierto, el enigma del Náutico ya me tiene en ascuas.
Grandes abrazos
Llevanos de viaje, Ander, a los que no tenemos la oportunidad de ir físicamente con tigo. Estaremos en algún lugar de tu parrilla.
Besarkadak
Enhorabuena, Ander. No hay mejor manera de que termines de recuperarte del maratón veraniego. Disfruta del chute de libertad, te seguiremos con envidia.
felicidades por el nuevo calambrazo y suerte. en assa hay un puente romano digno de ver y dos puticluses, por este orden. y en cripán, la población y demás están empezando la vendimia, así que igual os podéis ganar el sustento y conocer unas cuantas historias. por cierto, esos tres sitios están a menos de 10 kilómetros de logroño. ya sabes, ander, ambiente familiar, comida casera y pochas o caparrones. como no te pases... (es una amenaza).
víctor
Enhorabuena, Ander. ¡Qué gusto tiene que dar empujar ese pedal y oir a rugir hasta el último tornillo de la vespa!! Y... kilómetros adelante.
En La Leyenda de Jaun de Alzate de Pío Baroja hay un pasaje dedicado al aventurero vasco, y éste dice: "No tengo más patria que mi caserío y, después, el ancho mundo. ¡Viva! ¡Viva la aventura! ¡Viva el azar! Todas mis propiedades se compendian en una espada colgada al cinto (¿una vespa y una mochila?) y en una gran confianza en mi estrella. ¡Viva! ¡Viva la aventura! ¡Viva el azar!"
Maj, no somos pocos los que de mayor queremos ser 'Anderizagirre'.
Por cierto, Ander, leí la historieta de Josetxo y el Ulía en este sitio. Una pena que la hayas 'removido'. ¡Qué entrañable biografo de piedras!
Un saludo. Ta Ongi ibili.
P.D.: Sólo me suenan Aranaratxe o Espronceda.
Leer este blog será, es, como "salir de viaje", aunque esté encerrado en un despacho sin ventanas.
Gracias a la Vespa por arrancar a la primera.
dame el tiempo justo para reunir los ingredientes y prepararos una rica tortilla de patatas
¡suerte! y disfrutad
Genial Ander. Yo por mi parte, inspirado en tí y nuestra breve pero eternamente recordada charla en las alturas a mis 42, me compré una transalp y he recorrido mi terruño. Es otra cosa. Un abrazo motomontañero.
¡Bien por ti! Espero con ganas las historias... Por cierto, Ander, quería pedirte una cosa, ¿puedes pasarme tu correo o escribirme a roigenator@gmail.com?
Por disentir con la alabanza generalizada: ¡¡ojalá que se te jorobe la vespa en el kilómetro 2!! ¡Y, qué leches, yo de mayor quiero ser el Josemi ese!
Que no, leñe, que nos encanta a todos que vuelva a estar "on the road".
Ah, por cierto, las ideas-calambrazo se acaban cuando se tiene el primer hijo. Después se convierten realmente en metáforas.
Kaixo Ander:
Tal y como están las cosas aquí, es un buen plan pillar la vespa y darse un garbeo por ahí (que también es aquí, ¿no?).
O sea: me suscribo a tu blog y tú dirás por dónde te mueves.
Ven y cuéntalo. O vete y cuéntalo.
Ahora que se puede porque hace más fresco: paséate por los pueblos del frente de Aragón en Huesca. Busca Siétamo, Loporzano, Sasa del Abadiado, Pueyo de Fañanas, Ibieca, Ola, Argavieso, Tramaced…. Los pueblos no sonmucho, la estepa, bastante. Las carreteras el tiempo las ha adecuado para la Vespa.
Alégrome de tu nueva singladura. Que los hados te sean propícios.
Hola. Te felicito por el blog y te invito a conocer mi sitio web:
www.tourcompanion.com.ar
UN abrazo
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