miércoles, 23 de julio de 2008

Escaladores

Los escapados suben la última rampa del col de la Bonette-Restefonds, la carretera más alta de la historia del Tour, a 2.802 metros. En ese repecho terrible, azotado por el vendaval que barre la montaña, los corredores se retuercen y empujan la bici a riñonazos para coronar el puerto. Un ciclista del equipo Barloworld se levanta del sillín, acelera, se marcha con facilidad y pasa en primera posición por el alto. Es John Lee Augustyn, un sudafricano de sólo 21 años, debutante en el Tour. Dice Carlos de Andrés, comentarista de Televisión Española: "Augustyn va a dar mucho que hablar como escalador".

La premonición se cumple de manera casi instantánea. A los pocos segundos, Augustyn hace una demostración de escalada que saldrá en todos los telediarios de la noche, incluidos los que nunca hablan de ciclismo. Lo curioso es que la hace durante el descenso:




Cada vez que un ciclista cae por un barranco, se le quita el polvo al nombre de Wim Van Est, un holandés que marchaba con el maillot amarillo en 1951, se despeñó por un barranco de setenta metros en el Aubisque y apareció vivo cuando bajaron a buscar su cadáver. Para sacarlo de allí tuvieron que improvisar una liana anudando un montón de tubulares.

Me he acordado de Van Est, pero al ver las peripecias escaladoras de Augustyn me he acordado especialmente de un personaje mucho más polvoriento: el alemán Joseph Fischer, participante en el primer Tour de la historia. Le llamaban "escalador", cuando en el recorrido de entonces no se subía ninguna montaña:

"[Durante el Tour de 1903] los periodistas ensalzaban a los ciclistas con apelativos y epítetos de estilo homérico: acuñaron la expresión “gigante de la ruta” como sinónimo de ciclista; Garin era “el pequeño deshollinador”; Dargassies, “el herrero de Grisolles”; estaban “el poeta Muller”, “el terrible Aucoutourier” y “el escalador Fischer”. ¿El escalador, en un Tour plano, sin montañas? El apodo le había caído unos meses antes, al final de las 72 horas de París, una de esas pruebas ultramaratonianas tan del gusto de la época, en la que los ciclistas pasaban tres días seguidos dando vueltas en el velódromo del Parque de los Príncipes. El alemán Fischer terminó la carrera al borde de la locura. Tiró la bici, salió del velódromo, escaló un árbol y se sentó allí, sobre una rama, en silencio. Durante un par de horas, el alemán no dijo media palabra y nadie le convenció para que bajara. Joseph Fischer, el escalador. Había nacido la leyenda del Tour y la leyenda de sus primeros personajes".

>El texto es del libro Plomo en los bolsillos.

>Augustyn tiene un blog en el que escribe su diario del Tour. La última entrada, a estas horas, habla de los placeres del día de descanso. Vigilaremos para ver si escribe sobre su salto -literal- a la fama.

>Me pica la curiosidad: ¿quién bajó por el terraplén a recuperar la bici de Augustyn? Que esas bicis valen un dinerito...

4 comentarios:

Marc Roig Tió dijo...

Eso mismo pensé yo: ¿nadie saltó a por la bici? Con lo que se pelean algunos por un mísero balón de fútbol y dejan escapar una bicicleta de 6000€!!!

Ander Izagirre dijo...

Supongo que bajarían los auxiliares del equipo, pero habría que verlos subiendo una bici por esa ladera de piedra suelta. Y yo diría que la bici vale más que 6.000 ecus... (Por si acaso, me quedé con la curva. La próxima vez que pasemos por allí, miraré a ver si está la bici).

Ander Izagirre dijo...

Una curiosidad: la cima de la Bonette-Restefonds es una trampa de los franceses.

La carretera llega al collado de Restefonds, a 2.715 metros, donde ya se puede bajar al siguiente valle, pero los franceses quisieron apuntarse el paso de carretera más alto de Europa (la carretera del Pico Veleta, en Granada, llega a casi 3.400 metros, pero no tiene salida asfaltada). Para superar los 2.758 metros del Stelvio, trazaron un bucle absurdo: desde el collado de Restefonds, la carretera sube por una ladera hasta los 2.802 metros, donde ayer estaba la pancarta del alto, gira a la otra ladera y baja de regreso al collado de Restefonds.

Ander Izagirre dijo...

Acabo de leerlo en El País: la bici la recuperó el mecánico Giancarlo Bianchi. "Mírala. Está intacta. Todavía lleva puesto el ordenador", bromeó con Augustyn.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.