1) Hace unas semanas, Josu charló en California con una vasca emigrante que ahora tiene 87 años. En realidad ella nació en Buenos Aires, pero sus padres provenían de la provincia pirenaica de Zuberoa, y al poco de nacer se la llevaron de vuelta a la tierra de origen. La mujer creció en Zuberoa, se casó con un pastor y juntos emigraron a Estados Unidos. Allí se la encontró Josu, seis o siete décadas más tarde. Ella le contó que le gusta mucho ver el Tour de Francia por televisión. Disfrutó con los años de Armstrong, porque entonces los americanos hacían más caso al Tour, y porque uno de los pocos que le peleaba el maillot amarillo era un chico vasco, cómo se llamaba, Beloki, y eso le llenaba de orgullo.
A la mujer le gusta el Tour, pero hay unas etapas determinadas que espera durante todo el año con una ilusión especial. En esas etapas se emociona hasta las lágrimas:
-Cuando pasan por los Pirineos, veo mi tierra en la televisión.
2) La generosidad de François Faber, que dejaba caer neumáticos de repuesto con disimulo para ayudar a sus rivales sin que se enteraran los jueces. El pinchazo de Erik Zabel y sus palabras sobre Rolf Aldag, el gregario que le espera. El narrador colombiano de Radio Caracol (y el gracioso despiste reptilesco del subtitulador). El Tour es una historia de hombres, de los muy grandes y de los muy pequeños.
12 comentarios:
... de grandes ganadores y de orgullosos perdedores.
Joder, ese vídeo casi me hace llorar. Gracias.
Qué grande eres, Ander. Y las columnas de Olabe son tremendas.
Últimamente veo demasiados momentos deportivos emocionantes... Empiezo a preguntarme para qué caracoles sirven los autos sacramentales.
¿Eso qué es, Mómo, lo de Fernando Alonso?
En Uruguay había un comercial con un Jingle sencillo pero interesante: "Dale pedal a la vida". Esos hombres y mujeres que transitan por todo tipo de caminos descubren cosas que los hacen crecer. Nosotros, como expectadores (los uruguayos casi siempre nos quedamos en eso) disfrutamos del sudor y la sabiduría. A veces, hasta nos reconocemos entre los muy pequeños, y con orgullo. Es gracioso.
Minerva, Eileen siempre me hablaba de una estrella ciclista uruguaya de los años 40 y 50: Atilio François (descubro en Google que tenéis un velódromo con ese nombre, ¡vaya!).
Y mira qué sorpresa te voy a dar. En el País Vasco se celebra el Torneo Euskaldún, una clasificación que se elabora con los resultados de las carreras para ciclistas menores de 23 años. Pues bien, el mejor ciclista sub 23 del País Vasco, en el año 2007, fue... un uruguayo llamado Fabricio Ferrari.
Deberíamos organizar un club de fans ya, ¿no te parece?
Aquí tienes su historia. Dice que al principio sufría mucho en los puertos, porque en Uruguay no hay cuestas:
http://www.deia.com/es/impresa/2007/09/04/bizkaia/kirolak/397329.php
http://www.diariovasco.com/20080527/deportes/ciclismo/uruguay-buscarse-vida-20080527.html
Y acabo de descubrir que vive en Lezo... ¡como yo!
En fin, me quedo con el tour de 1910.
Mentira ;) todos los años veo (por la tele las etapas pirenaicas.
Hoy, en El País, hablan de Bahamontes. Me lo he pasado bomba. Por cierto, ahora echo en falta a este personaje en tu Plomo en los Poltsikoz. Se habla de él de refilón, pero... ¿Por qué no le dedicaste un capitulillo?
Con perdón, porque todavía me acuerdo de "40 pedaladas" y se me ponen los pelos -no diré de dónde- como escarpias.
Bahamontes me cae mal, pero fue un pedazo de ciclista y sobre todo un enorme personaje que da mucho juego. Merece un capítulo e incluso un libro.
Pero había que elegir, y como las batallitas de Bahamontes son bastante conocidas, preferí hablar de Luis Ocaña, un ciclista menos conocido y muy trágico, un tío que iba de cataclismo en cataclismo.
¿En Lezo? !!!
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