domingo, 4 de mayo de 2008

Apuntes de Islandia (2)

La cárcel de Reikiavik
"El hombre me explicó que casi todos los reclusos tenían las llaves y podían entrar y salir a su antojo. Los fines de semana la cárcel se quedaba casi vacía. Y la única obligación de un preso, aparte de las llamadas de control, era no perder la llave. No perder la llave, repitió solemnemente el individuo, y me explicó luego la mala suerte de otro recluso que perdió la llave y tuvo que pasar la noche en un hotel".

El interior de la isla
"En el interior no vive absolutamente nadie; sólo unas cuantas ovejas en los pastos de verano, zorros árticos y visones que han escapado de las granjas peleteras. Un desierto de campos de lava, altiplanicies, montañas peladas y morrenas, que parece inscrito por los dioses del Terciario como Prohibido para la especie humana".

El campo de lava de los proscritos
El Ódádahraun (Lava de Actos Maléficos) es el campo de lava mayor y más vacío del mundo, una alucinante extensión de cinco mil kilómetros cuadrados. Se llama así por los proscritos que supuestamente se escondieron aquí en el siglo XIX. (...) En 1967, las autoridades de la NASA enviaron a Neil Armstrong, William Anders, Alan Beam y otros miembros del programa Apolo XI a dar unos cuantos paseos preliminares entre las demenciales figuras del Ódádahraun. Era un sustituto perfecto de la Luna: otras lavas de otras partes del planeta no son bastante lunares porque han sido profanadas por la vegetación o estropeadas de alguna otra forma. Los astronautas del Apolo llegaron aquí, dieron unos cuantos saltos, recogieron muestras de rocas y jugaron al fútbol americano como preparación para realizar dos años después el memorable viaje lunar".

A Eyvindur Jónsson, ladrón de ovejas que vivió en el siglo XVIII, le obligaron a vivir en uno de los desiertos de lava del interior. "En el invierno de 1774, tenía un caballo muerto por techumbre. Comía la carne del caballo y en primavera los rayos del sol se filtraban entre los huesos del animal. Un año después le indultaron. Había sido forajido veinte años. El gobierno no te permite serlo más tiempo".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encantan esas historias de cárceles que funcionan al revés que el mundo.

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