viernes, 5 de diciembre de 2008

Mudanza

A topa tolondro se traslada. A partir de hoy, podréis leerlo aquí.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Patrias

Hoy copio este fragmento de Los sótanos del mundo:

"Aquel chacal moribundo de los orígenes de Yibuti, una versión miserable de la loba romana, murió de hambre de la misma manera en que hoy mueren demasiados yibutíes. Los nómadas, que llevan su patria en la planta de los pies, se las arreglan para malvivir en el puro desierto, a la sombra de una acacia solitaria o en una tienda de ramas y pieles, con una decena de cabras y un par de camellos. Su destino pende de las nubes: necesitan alguna lluvia ocasional que renueve los pozos. Muchas mujeres de las aldeas caminan un par de horas bajo el sol hasta el pozo más cercano, cargan a sus espaldas bidones de veinte litros y regresan. Los náufragos de la ciudad, a su vez, se apelotonan en estos suburbios, donde la porquería de las calles apesta y las familias con una decena de hijos consagran el día a su único objetivo: escarbar en la desolación en busca de algo para comer, una batalla desesperante que se reanuda todos los días. Los adultos distraen el hambre mascando hojas de kat. Los bebés mueren deshidratados por las diarreas. En el país más tórrido del mundo los niños y las cabras se disputan el agua en las mismas latas oxidadas.

Uno de cada siete niños muere en sus primeros años de vida. Un adulto de 50 años está ya desdentado, tuerto o cojo, es un anciano con los días contados. La esperanza de vida para los hombres se planta en los 49,01 años, con el retintín de ese 0,01 que recuerda a una condena: 49 años y un día. En las listas que miden el bienestar de las naciones, Yibuti siempre merodea el farolillo rojo.

Sin embargo, en el paseo me acompaña una nube de niños alegres. Entre sus risas se cuela una estadística que taladra las sienes: dos o tres de ellos morirán antes de crecer metro y medio. Una vacuna lo evitaría por cuatro duros. Los adultos -analfabetos, esqueléticos, mutilados- se acercan a chocarme los cinco y sacan una sonrisa de piano. Son todo muñones: cicatrices de las minas o de infecciones cortadas por lo sano. Ellos, al menos, son los orgullosos supervivientes que aún podrán vivir los cinco o diez años más que les promete la estadística. Un niño flaco y espabilado arrebata la cáscara de mango que chupaba una cabra y la apura a lengüetazos.

En mi patria, según decimos, somos los que mejor comemos del mundo. Comemos en abundancia y con pausa. Entre los aperitivos y el primer plato, algunos tienen tiempo para convencerse de que la patria es mérito. En los postres se brinda y solemos cantar.

Quien viaja tiene que intentar hacerse daño. Yo, al menos, tengo que viajar para que los orgullos de mi tierra me duelan como es necesario".

martes, 2 de diciembre de 2008

Despedida con palíndromo

Ayer murió Mikel Laboa. Zerbaitek 'krak' egin digu bihotzean.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Consejos con tacto

A raíz del reportaje "Periodistas sin redacción", he recibido un puñado de cartas de lectores muy amables. Unos me cuentan su pasión por los viajes y sus ansias por soltar amarras, Jaime me envía el vídeo marchoso con el que participó en cierto concurso de una agencia, otros me preguntan cómo se puede vivir viajando y escribiendo, hay quien desea irse "de viaje con el viento" y "refugiarse del frío de la solvencia para dar a luz el reflejo del mundo de los que no ven, y de los que no quieren ver".

Y luego está el gran Carlos, a quien no tengo el gusto de conocer, pero que se preocupa al ver mis fotos en la vespa:

"Papo: Checate la próstata, manejar en esa posición durante tanto tiempo hace que el peso del cuerpo recaiga en esa glándula. Te lo digo por experiencia propia.Yo manejo una moto y me pongo de lado, es decir, apoyo una nalga en el asiento y luego la otra. Manejo un promedio de una hora diario. Hazte un tacto rectal. No es broma. Escribes muy bien. Suerte. Saludos, Carlos".

(Para tranquilizar a Carlos y sobre todo a mí mismo: en la siguiente foto se aprecia cómo giro mis nalgas para facilitar la correcta irrigación de las glándulas).

jueves, 27 de noviembre de 2008

La dudosa fama del frílans

Suelo explicar que trabajo por mi cuenta. Es que no sé cómo decirlo con una sola palabra. Cuando me preguntan si soy freelance suelo responder que sí, aunque me da un poco de apuro: a mí freelance me suena a periodista vestido con chaleco de muchos bolsillos y casco, con la cámara al hombro mientras corre entre explosiones (freelance también parece un lema: "liberad a Armstrong"). También suelo decir que soy autónomo: el término es laboralmente correcto, pero parece más una declaración de intenciones que una descripción de la realidad.

La palabra más precisa, la que de verdad me gusta, es destajista. Lo malo, la rima: ¡periodista destajista!

El Ciberpaís, suplemento del diario El País, publica hoy un reportaje dedicado a periodistas destajistas. Se titula "Periodistas sin redacción" y tengo el honor de aparecer en él... de esta guisa:


A lo largo del reportaje, los periodistas David Beriáin, Sergio Caro, Juan Pablo Meneses, Emanuele Giusto y un servidor hablamos de las maravillosas ventajas de internet, que rompe la dependencia física y nos permite trabajar desde cualquier sitio, de la libertad para organizarnos el tiempo y el trabajo... Pero no nos engañemos. Estos hábitos tan modelnos y tan sofisticados suenan un poco sospechosos, porque en el fondo somos gente que no pisamos un lugar de trabajo comodiosmanda -una oficina, un aula, una redacción-. Así lo muestra el final del reportaje, con la sentencia que me clavó nuestra vecina, una viuda maléfica, malhumorada, pesadísima y entrometida (el periodista de El País ha tenido la delicadeza de obviar esta descripción), cuando una mañana se encontró con Francis en el portal. "Ay, mi chica", le dijo. "No paras en todo el día, de aquí para allá, ir al trabajo, volver del trabajo...". Y con una compasión bien medida: "Claro, como el chico se pasa todo el día en casa...".

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Antxon Iturriza, la memoria del montañismo vasco

El amigo Antxon Iturriza, cronista de montaña desde 1976, se tiró una década escribiendo la maratoniana Historia testimonial del montañismo vasco en tres tomos: "El descubrimiento de la montaña (1848-1936), "De los Pirineos al Himalaya (1939-1980)" y "Tiempos modernos (1981-2007)". Los libros son un filón de historias apasionantes, fotografías históricas y documentación detalladísima. Me consta que Antxon no ha visto un duro por semejante tarea titánica. Me levanto el cráneo.

El jueves 27 de noviembre, a las 19.30, en la casa de cultura Okendo (en el barrio donostiarra de Gros), Antxon dará una charla sobre la segunda parte de la historia (la que va desde la Guerra Civil hasta la ascensión de Martín Zabaleta al Everest en 1980). Sé que a unos cuantos lectores de este blog les apetecerá el plan. Pues nos veremos, porque yo no me lo pienso perder.

(La foto estaba aquí).

El ciclista que ganó a la Stasi


"El ciclista que ganó a la Stasi", reportaje de Carlos Arribas en El País. Es la tremenda historia de Wolfgang Lötzsch, el mejor ciclista de la RDA en los años 70. Se negó a ingresar en el Partido Comunista y las autoridades le hicieron la vida imposible: le expulsaron de su club, le prohibieron participar en los Mundiales, le vigilaron docenas de chivatos y espías de la Stasi, le encarcelaron durante diez meses. Siguió entrenándose, compitió sin equipo, le castigaban a salir con cinco minutos de retraso y aun así continuó ganando carreras. Eso sí que era plomo en los bolsillos.

Gracias por la pista, Rafa.

(La foto estaba aquí, en esta página que habla de la película que se estrenó el pasado verano sobre la vida de Lötzsch).

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.